Me parece increíble que el guión
de este cómic esté firmado por la misma persona que firmó “X-men: Civil War” o la miniserie de “Coloso”; según la contraportada de este cómic David Hine lleva casi
tres décadas en el mundillo, lo poco que he leído de él no me había convencido
para nada, pero este “Spiderman Noir”
me ha dejado buen sabor de boca.
Enmarcado dentro del proyecto
Marvel Noir, la historia nos presenta la mitología de Spiderman adaptada a los
Estados Unidos de la depresión, tamizados por el aura de la corrupción todos
los personajes que creó Stan Lee siguen
encontrando acomodo, más o menos cambiados en su superficie pero inalterables
en su estructura.
Me gustaría entroncar mi
reflexión en torno a la figura de May Parker, en esta historia es ella el motor
moral de Peter y no tanto el tío Ben, una tía May luchadora, como siempre, y
revolucionaria, como nunca, que en esta atmósfera de depresión se convierte en
una agitadora de mitin, del mitin obrero y atril de caja, no del aséptico e
inofensivo mitin actual.
May clama contra el sistema que
ha condenado a la inmensa mayoría de la ciudad a la pobreza y que después
pretende criminalizarlos por inadaptados, pero es al mismo tiempo una figura
que encarna a lo largo de la historia el inquebrantable respeto a la ley ¿No
estamos ante una contradicción? ¿No está May defendiendo la ley del sistema que
critica? Lo que voy a intentar defender es precisamente lo contrario, el
comportamiento absolutamente consecuente de May Parker.
“Hemos visto al ejercito en las calles, usando tanques y gas lacrimógeno
contra ciudadanos cuyo único delito es su pobreza”
May Parker.
Peter ha crecido en un mundo
oscuro, ha visto como Norman Osborn asesinaba impunemente a su tío y el sistema
no solo no le castiga sino que le agasajaba y rendía pleitesía, no es de
extrañar pues que la opinión sobre el sistema sea igual de negativa que la de
su tía, a pesar de ello, ambos siguen con optimismo luchando por la justicia
social, y “contra los políticos, los
bancos, las empresas” como le dice Peter a un Urich que está de vuelta de
todo, comprado por Osborn y atrapado por las drogas, Urich es al mismo tiempo
víctima y cómplice del sistema, la tozudez de un joven idealista parece
despertar en el tristeza en dos sentidos, hacia Peter, que no comprende como
funciona el mundo y hacía él mismo, ya que el idealismo del muchacho ilumina
los oscuros rincones de sus fracasos como persona y periodista, no en vano le
da un trabajo a su lado para que descubra como de duro es el mundo e inútil el
luchar y acaba más bien arrepentido y enfrentándose a Osborn.
“Los periódicos tienen razón, te crees por encima de la ley. Bueno, para
mi no somos nada sin reglas de comportamiento”
May Parker.
“Quien esclavice las leyes entregándolas al poder de los hombres, quien
haga que la ciudad se someta a una camarilla, quien emplee la violencia para
conseguir todo eso debe ser declarado, naturalmente, como el enemigo más
peligroso de toda la ciudad”
Platón.
Osborn mata a Urich y por
supuesto vuelve a salir indemne, Peter utiliza los datos reunidos por él para
atacar violentamente el poder de Osborn, hasta que este descubre su identidad,
lo importante de toda esta parte es el enfado de May ante el asesinato del
Buitre perpetrado por Peter a sangre fría.
Es la revolucionaria y
antisistema May Parker (recordemos que al inicio de la historia se deja
entrever las revueltas contra el orden en las que participa activamente) la que
convence a Peter del valor de la ley, aún incluso teniendo en cuenta que el
Buitre estaba apunto de asesinar a May.
May sabe perfectamente en que
mundo vive, idealismo no es ingenuidad, pero si la democracia está podrida no
es porque la democracia tienda a pudrirse o sea mala de por si, sino porque alguien
como Osborn “la ha sometido violentamente
a su camarilla” que diría Platón.
Eso es algo en lo que erró la tradición
marxista del siglo XX, desde luego que la democracia estaba podrida, pero no
porque la democracia tienda a pudrirse, ni porque sea mala de por si, sino
porque el capitalismo la ha sometido a su violenta camarilla, las revoluciones
del siglo pasado abolieron, más bien, ambas cosas, el capitalismo y también la
democracia.
“No quiero vivir en un mundo donde las personas se maten unas a otras
como animales”
May Parker.
Peter podría matar a Osborn y
acabar así con su dictadura de la corrupción, pero si no debe hacerlo no es
porque sea mejor que el Duende (de hecho ambos son iguales en tanto que
ciudadanos) sino más bien porque a la única dictadura a la que debe someterse
la democracia es a la dictadura de la ley, es decir, desde aquella instancia
ante la cual Peter y Osborn son iguales, la ley juzgará a Osborn por corrupción
o asesinato, pero nunca porque nos caiga mal o sea el malo de la historia, por
ejemplo. (Es la diferencia de la justicia impartida por una pistola)
Desde luego que la ley puede
fallar en tanto que es aplicada por los hombres, pero es preferible vivir bajo
una mala ley, ya que en ese caso tenemos mecanismo para corregir la mala ley,
que hacerlo bajo la ausencia de ley, donde, efectivamente, “las personas se matan las unas a las otras
como animales”