En
esta ocasión no vamos a dedicar estas líneas a un comic en concreto, sino a la
figura de un personaje que me ha fascinado desde que empecé con esto de los
tebeos, a mi modo de ver Magneto ha ido poniendo de manifiesto a lo largo de
estos años y a través de varios guionistas, con mayor o menor acierto, toda una
serie de temas netamente políticos que bien merecen que le dedique unas líneas.
Intentaré no ser muy aburrido.
A
mi entender, el interés de Magneto como personaje reside en que puede decir
mucho de nuestra propia sociedad, a veces se le ha utilizado simplemente para
satanizar las posturas radicales, pero el verdadero jugo que se le puede sacar
es más bien que puede decir Magneto de nosotros, es decir, no satanizar
posturas radicales sino más bien que dice el extremo sobre nosotros, sobre
nuestra sociedad. Para encuadrar teóricamente a Magneto creo que me servirá muy
bien los conceptos políticos que maneja la pensadora Hannah Arendt en su obra “El origen de los totalitarismos”.
Como
judía perseguida por el nazismo, rasgo que comparte con nuestro personaje de
ficción, Hannah Arendt emigró a EE.UU y dedicó su vida a desentrañar las
figuras de los totalitarismos, la obediencia ciega, la esencia de un estado de
derecho, a qué podemos llamar ciudadano y a qué no, etc… e identifico el
totalitarismo como una forma política completamente nueva en la historia del
ser humano, ella siempre lo identificó con el nazismo y el estalinismo,
aquellas formas de gobierno que llevaron a cabo los más abyectos crímenes
contra el ser humano.
Tanto
uno como otro no se veían así mismo como regímenes ilegales, pero no por ello
tampoco se veían como regímenes legales, se situaban en un tercer plano, decían
obedecer a fuerzas superiores, en el caso del nazismo a la Naturaleza y en el
caso del estalinismo a la Historia, fuerzas que escapaban al debate ético, así
por supuesto si se gasea a miles de personas o si se encarcela a otras tantas
en realidad no se está cometiendo atrocidades, sencillamente se está acelerando
un proceso natural o histórico, valga como ejemplo los juicios de Nüremberg,
donde un encargado de los campos de concentración relataba con toda naturalidad
los procesos mediante los cuales había ampliado la producción de las cámaras de
gas consiguiendo así eliminar a más personas al día y en cambio se enfureció
cuando alguien le acusó de haber asesinado a un joven con sus propias manos,
respondió enfurecido que él “nunca había
matado a nadie” es así como estos regímenes se ven a sí mismos, fuera por
completo de las coordenadas de bien o mal, simple ejecución de fuerzas
supranaturales.
Más
de una vez Magneto ha recriminado a Xavier que si por él fuera, aún seguiríamos
nadando en el mar, que se hubiese puesto a la llegada del ser humano frente al
mono, que él solo obedece una fuerza de
la naturaleza, en este caso, la evolución, Magneto encuentra otra fuerza
por encima de la humanidad que le sirve de coartada para cometer todo tipo de
crímenes y genocidios, porque al igual que Hitler o Stalin, sostiene que no se
pueden cometer crímenes cuando simplemente se es el brazo ejecutor de la
Naturaleza, de la Historia o de la Evolución, el debate ético, la legalidad o ilegalidad quedan ya
como temas no solucionados pero sí superados, porque directamente nos negamos a
aceptar como tal esos conceptos, son conceptos antiguos, se ha trascendido a un
plano superior.
Tanto
el nazismo como el comunismo como la utopía soñada por Magneto serán, nos
dicen, auténticos cielos encarnados en la tierra, no habrá crímenes, pero si no
habrá crímenes será más bien porque para cometer un crimen hace falta que
exista una ley dentro de un marco legal para poder infringirla, y lo que estas
utopías persiguen es que el ser humano no se límite a obedecer leyes concretas
sino que sea el producto de las fuerzas suprahumanas, llámese Naturaleza,
Historia o Evolución.
Existe
un problema de base con estas concepciones de la sociedad y el ser humano, al
plantearlas como fuerzas en constante movimiento se deja la puerta libre a que
la utopía alcanzada sea un paso más del proceso, es decir, si la Naturaleza
para el nazismo nos impele a erradicar a judíos o gitanos sería el fin de la
misma que dejasen de aparecer razas inferiores a las cuales erradicar, lo mismo
ocurriría con Magneto, para que haya evolución como tal hace falta que existan
especímenes superiores a los otros, la erradicación de lo inferior detendría la
evolución, es decir, que se necesitan constantemente aquellos especímenes de
los cuales se dice aborrecer.
Pero
como dije al principio lo interesante de Magneto no es dibujar nuestro opuesto
como sociedad, desfigurado y exacerbado para recrearnos y deleitarnos en
nuestra sana sociedad(actualmente más en entredicho que nunca), lo interesante es hacer hincapié en los defectos que ve
Magneto en nuestra sociedad, es decir, que nos puede servir de autocrítica. Un personaje como Magneto, quien siempre ha
sostenido que no se amolda a las leyes, que es imposible juzgarle porque no
reconoce unas leyes que de hecho se incumplen por nuestra parte, si algo puede
recriminarnos es cuánto de hipocresía tiene nuestra sociedad, cuanto de
vacíos son sus ideales y más importante aún, puede servir
de aviso que enarbolar unos ideales que se quedan en la mera palabra puede dar
pie a crear caldos de cultivo para discursos como los de los totalitarismos que
hemos visto.
Fuera ya de este artículo comentaros que no hace mucho se estreno una película sobre la vida e ideas de Hannah Arendt con críticas dispares
Y por supuesto y más en la línea de nuestro querido blog la próxima aparición de Magneto en X-Men: Días del futuro pasado
¿Qué deparará el encuentro entre estos dos?
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